No es que me emocione demasiado la actividad musical de Shakira pero algo me tenía inquieta cada vez que ponían su último single por la radio.
Ví la luz cuando un perspicaz locutor, por lo visto sabedor de la confusión letril que esta canción provoca en la gran masa de despistados oyentes, aclaró: "No dice ni boliviano ni Valeriano. Dice mi corazón va liviano".
¡Ay! ¡Que me mondo! Además de lo raruno que es ver a Nadal en un video de este corte, yo ya le había bautizado como Valeriano. ¡Aissshhh! ¡Que despropósito! Ya estaba preocupada pensando que estas cosas sólo me pasaban a mí. Gracias señor locutor por la aclaración.
Ya perdonaréis la tontería de entrada. Pero es que no lo he podido evitar.
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