Es imposible pasear por la calle, especialmente por la parte vieja y no sentir las oleadas de chocolate en cualquier dirección. No sabéis lo duro que ha sido!!. Cada dos metros una chocolatería, con figuras enormes de todo tipo de chocolates...
Nos alojamos cerca de la estación del Norte, a 15 minutos andando del "cogollo"; nada para dos chicarrones del norte... eso sí, el frío y el viento allí son especiales, pero con unas buenas bufandas, guantes hasta el codo y una gorra en condiciones, los amos de la villa! Porque de lo que es el paraguas, te puedes olvidar en el minuto 2, especialmente en lo que acabamos llamando... "la Avenida del Viento"... me río yo del Cierzo!.
Hicimos un par de escapadas: un día a Brujas y otro a Gante. Encantadora la primera e impresionante la segunda. Merecen la pena.
Estuvimos, como no, en Le Centre Belgique de la Bande Desinée, ocupado en su mayor parte por Tintin y su creador Hergé. Su obra se considera el más vivo y fiel retrato de la sociedad que vivió desde el fin del colonialismo hasta la llegada del hombre a la Luna. Es un reflejo de las grandes cuestiones sociales y geopolíticas de la época. Vino así el tráfico de armas y de drogas, y más tarde también el de personas, las excavaciones arqueológicas en Egipto y la búsqueda de tesoros perdidos bajo el mar, las revoluciones latinoamericanas y los golpes de estado fascistas, las guerras del petróleo y las armas de destrucción masiva, entre otras...
La Lola M
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