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jueves, 24 de enero de 2013

LA VIDA IBA EN SERIO

Acabo de terminar de leer la primera novela publicada de Jorge Javier Vázquez. Si. Ya sabéis, ese omnipresente presentador de la tele que por unas cosas o por otras está siempre en boca de todos.

Antes de dar mi opinión, que la daré, sobre su valía profesional en la tele, sobre cómo se proyecta ante las cámaras o sobre el tipo de programas que presenta, cosas totalmente ajenas a la literatura, he de decir que el libro me ha gustado. ¡Qué c...! Me ha gustado mucho. Lo he leído prácticamente del tirón. Me he reído, me he emocionado con la historia y he disfrutado con su estilo (literario, se entiende).

Habla sobre su infancia en Badalona y sobre sus primeros años en Madrid. En un principio el propio Jorge Javier comenta que ése no era su objetivo pero "Empecé a escribir y me salió eso, era una necesidad de vaciarme","Sobre todo ha sido cerrar una historia que tenía abierta, la muerte de mi padre". FUENTE: TELECINCO.ES

Actualmente Jorge Javier tiene 42 años. Es fácil imaginar cómo pudo ser su infancia siendo consciente desde pequeño de que él no era como los demás. Ser homosexual y ser aceptado por tus padres y tu entorno de una forma abierta nunca ha sido algo sencillo y mucho menos hace 30 años. A través de sus palabras conocemos sus miedos, su dolor y su vergüenza por no ser comprendido, lo que se tradujo en unos años de soledad muchas veces autoimpuesta.

Durante la mayoría del relato es él mismo el que narra todo en primera persona de una manera directa, coloquial, con pequeños saltos en el tiempo, como si te estuviera contando su vida improvisadamente mientras os tomáis una copa. Pero sin duda las partes más brillantes del texto son aquellas en las que toman la palabra su madre y su padre. Cuentan partes de la misma historia desde su perspectiva, desde sus sentimientos, con su lenguaje. Son ellos los protagonistas y el centro del relato un tanto nostálgico de Jorge Javier.

Es licenciado en filología hispánica y se nota. Va dejando caer varias referencias a obras literarias de manera directa e indirecta. La más clara y reveladora es la del título del libro. La vida iba en serio es el primer verso de un poema de Jaime Gil de Biedma. Judgad vosotros mismos:

NO VOLVERÉ A SER JOVEN (Poemas póstumos 1968)

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos lo jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

JAIME GIL DE BIEDMA


Como conclusión diré que me ha parecido un más que aceptable relato, bien estructurado, redondo. Sobre todo teniendo en cuenta que es su primera incursión en esto de las letras. Decir que hay algún que otro error editorial como cuando se nombra a la presidenta de la Comunidad (se entiende de la Comunidad de Madrid) que por aquellos años tenía que ser presidente.

Ahora y al margen de cualquier valoración literaria, os cuento una anécdota que refleja el hipócrita prejuicio general existente hacia este señor:

Estos días pasados estaba yo de acompañante en una habitación de hospital (de ahí mi reiterada ausencia bloguera) leyendo el recién reseñado libro, cuando entra una pizpireta enfermera a comprobar constantes vitales. Muy simpática ella, me pregunta llena de curiosidad qué estoy leyendo. Y muy simpática yo también, le contesto. Lo mismo esperaba que en semejante situación estuviera leyendo el Ulises de Joyce, porque va y me suelta con tonito de superioridad y gesto asqueado: Y ese individuo ¿ya tiene algo que decir? A lo que yo respondo: Todo el mundo tiene algo interesante que decir.  Lástima que en estas situaciones me bloqueo y no soy rápida de mente pero tenía que haber seguido, presumiendo por su comentario su elevado nivel literario-intelectual, con algo como que la retaba a encontrar paralelismos entre esta obra y cuestiones como el laberinto o el tiempo circular tratadas por Borges o el eterno retorno, como lo llamaba Nietzsche porque seguro que a esos autores sí que los conoce bien.

La verdad que flaco favor le hace a Jorge Javier tener una plataforma publicitaria como es la televisión para que le tomen en serio en actividades como la escritura. Hace que se confunda el tocino con la velocidad y resulta caldo de cultivo para los prejuicios. Comprendo que un programa de televisión pueda gustar más o menos. Pero hasta ahí. Los que van de culturetas ya tienen La 2 o el botón off de la tele y los indignados por los contenidos no sé porqué les resulta eso menos lícito que cualquier imagen violenta de un telediario o una película. Es tarea del receptor (espectador, lector...) analizar lo que recibe y utilizarlo o quedarse con lo que le interesa. La televisión no es un método educativo en sí mismo. Es un entretenimiento.

Al margen de cuestiones morales, a mí me gusta Jorge Javier como presentador. Domina el medio, los tiempos, a los entrevistados. Tiene mucha sorna y recursos para afrontar situaciones. Está claro que nadie es perfecto ni tiene porqué caer bien a todo el mundo. Yo no podía soportar a Cela y su carácter pero admiro su obra. Y todavía soporto menos al que va de digno espíritu elevado pero conoce todos los chascarrillos del Sálvame o similares y luego piensa que Los Hermanos Karamazov juegan en la NBA y que La Montaña Mágica es una atracción de Port Aventura.

Abogo por hacer un ejercicio de liberación de influencias externas. Tanto en el sentido de no dejarnos impresionar por campañas publicitarias agresivas e ir a ciegas a por el último superventas, como en el de reconocer, dentro de la vorágine editorial, cierto valor de algunas publicaciones que a primera vista consideramos mediocres. Lo importante es disfrutar leyendo el género que sea y no juzgar a los demás por ello.

10 comentarios:

  1. Pues mira, igual me lo leo yo también. La tele no la veo, pero él no me cae mal (tampoco bien). Y en cuanto a tí eres toda una campeona. Hay que tener un poquito de valor para "confesar" que has leído a Jorge Javier ;)

    ¿besos!

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    Respuestas
    1. Pues mira, una lee un poco de todo y a veces se sorprende. Confieso que comencé la lectura un tanto escéptica pero luego terminé con buen sabor de boca.
      ¡No he leído cosas peores!

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  2. Yo no creo que lo lea, pero porque tengo mucho pendiente y en el tea autobiográfico hay otros que me llaman más. En cuanto a lo demás...A mi me miran raro porque me he comprado el último de Maxim Huerta, pero vaya me parece igual de respetables ambas posturas: el que cree que ejerce mal el periodismo y que no es televisión lo que él hace, el que no ve la televisión o pone la 2 y el que le tiene simpatía y ve esos programas porque con la que está cayendo qué menos que evadirte lo que puedas. Me parecen opciones igualmente válida. Un beso!

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    1. Claro, se trata de entretenimientos. Tampoco hay que darle muchas más vueltas.
      Ya nos contarás que tal con Maxim, que ya va por el tercer libro!

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  3. Pienso lo mismo, una valiente querida.
    No tenía ni idea de que había escrito un libro, pero vamos, que jamás se me hubiese ocurrido comprarlo, ni leerlo. Y no lo digo con aires de superioridad, ni en plan despectivo, ni nada. Me he leído a Vaquerizo y cosas de lo más variadas, pero es que JJ no me entra por el ojo, y su vida no me interesa nada.

    Y ya sabes que valoro mucho tu opinión y la tengo en cuenta, pero...

    Oye, espero que ya no tengas que estar en el hospital, y que a quien acompañabas esté mejor.

    Un besote

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    1. Es que cuando me sale la vena petarda no tengo límites! Jajaja!
      ¿Te acuerdas de una tienda en Paris de la que hablaba Vaquerizo en su libro? Colette (la tienda para "modernas" que decía él). Pues yo le hice caso y fui a visitarla. ¡Una tienda estupenda! Te encantaría.
      Si es que de todos los sitios se pueden sacar buenas ideas.

      La fase hospitalaria ya pasó y el susto también. Gracias por preocuparte. A ver si a partir de ahora consigo un poco más de continuidad bloguera que esto no pueder ser!

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    2. No me acordaba... jooo tengo que ir ;)
      Me alegro que todo esté bien.

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  4. El poema de Gil de Biedma lo conocía, y me encanta.

    En cuanto al escritor del libro... a mí no me cae muy bien. Antes quizá sí.. pero creo que está demasiado subido, y a veces es demasiado... condescendiente, faltón y pagado de sí mismo. Efectivamente, me cae mal... porque lo veo de vez en cuando... jajajaaj.

    Me ha encantado tu post. Tienes toda la razón en lo que dices... y quizá, si me leyese el libro, me gustaría y hasta supongo que será de los que enganchan.

    A mí me da mucha rabia... cuando por ejemplo, digo que veo Gran Hermano, o algo similar... y me miran con asombro y me dice "pero tú ves eso?? si tú lees.. y todo eso..!!" jajaja... y lo mejor viene, cuando en medio de la cena, dicen... "pues en GH este año hay una ducha que se les ve todo"... y de pronto te das cuenta de que todo el mundo ha visto "algo en un zapping".

    Así que yo creo que todos tenemos nuestros momentos... en los que te apetece "consumir" cosas más frívolas... o menos. Y no hay por qué avergonzarse de ello. Todo nos hace aprender algo, de una forma u otra... y nos divierte.. de una forma u otra.

    Además... juzgar la calidad literaria de un libro sin haberlo leído me parece de lo más petardo. A mí "El tambor de hojalata" de Günter Grass se me hizo pesadísimo, por muy premio Nobel que sea... y sin embargo una novela de Marian Keyes me hace más feliz que una lombriz... Y juzgar un libro por como te cae su autor, es absurdo. Porque hay cantidad de escritores que son o han sido unos petardos.. y escriben la mar de bien.

    A mí me pasa lo mismo que a tí, siempre se me ocurren las mejores respuestas unos minutos tarde... :-)

    Besos!

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    Respuestas
    1. A mí no me da ninguna vergüenza decir que me gusta el cotilleo. Ojeo el "Hola" bien a gusto y una dosis de programas de estos "petardos" me sienta fenomenal. Eso no quita para que también me interesen otras cosas más serias y culturales. Hay que saber un poco de todo, ¿no?

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  5. Me parece genial lo que dices. Todo el mundo conoce a Jorge Javier, igual que todo el mundo conoce Gran Hermano. Son fáciles de despreciar pero con ello despreciamos nuestra sociedad e intereses. El cotilleo está arraigado en nuestro código genético y no hay nada más despreciable que criticarlo y en el fondo serlo.

    Jorge Javier, como toda persona irónica puede caer muy mal. Yo no voy a entrar a valorar si es buena persona o no, pero creo que su inteligencia está fuera de toda duda. Además tengo entendido que superó un inicial miedo escénico que sufría en su primera etapa televisiva, con AR en A3. Eso le da mayor valor a lo que ha conseguido.

    Me gusta lo que dices en esta entrada. Me voy a hacer de tu club de fans ;)

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