No puedo dejar de hacer una reseña sobre este restaurante-bistrot en el que estuve hace poco en mi última escapada bilbaína. Ya conté una parte de ella aquí.
C/ Dos de mayo, 18
En el barrio Bilbao la Vieja, se encuentra céntrico y con sólo cruzar la ría, ya estás en el Casco Viejo. No obstante hay que ir prevenido porque es una zona de Bilbao un tanto conflictiva. Esto ya lo sabía yo pero lo confirmé cuando llegamos a la puerta del local y la tenían cerrada con llave. No asustarse por eso.
Se está intentando que la zona resurja como ha ocurrido con el barrio del Born en Barcelona o el proyecto Triball del ayuntamiento de Madrid para el patio trasero de la Gran Vía. Cuestión de un debate aparte sería si la mejor manera de rehabilitar zonas deprimidas en las ciudades es convertirlas en nuevos "centros comerciales" llegando a borrar el significado de barrio para dar paso a la zona cool y trendy y poder pasearse cual Sarah Jessica Parker por el East Village neoyorkino.
Bueno, a lo que iba. Es un barrio de emigrantes donde te puedes encontrar una carnicería musulmana, una librería alternativa, una peluquería africana, un bar de ambiente... todo de lo más multicultural. Tiene su encanto.
El caso es que el restaurante resulta de lo más recomendable. El ambiente es tranquilo, romántico, con velitas, con música suave de fondo. Todo al más puro estilo francés (Edith Piaf, Carla Bruni cuando cantaba...). De la atención y el servicio, ninguna queja. Todo servido a su tiempo y sin agobiar. Pertenecen a la asociación Bizi Ona, Le slowfood du Pays Basque que consiste en desarrollar el gusto por una comida sana, respetuosa con el medioambiente y justa en su producción, disfrutar de los sabores, saber apreciarlos, respetando los tiempos, sin prisas.
Bueno, a lo que iba. Es un barrio de emigrantes donde te puedes encontrar una carnicería musulmana, una librería alternativa, una peluquería africana, un bar de ambiente... todo de lo más multicultural. Tiene su encanto.
El caso es que el restaurante resulta de lo más recomendable. El ambiente es tranquilo, romántico, con velitas, con música suave de fondo. Todo al más puro estilo francés (Edith Piaf, Carla Bruni cuando cantaba...). De la atención y el servicio, ninguna queja. Todo servido a su tiempo y sin agobiar. Pertenecen a la asociación Bizi Ona, Le slowfood du Pays Basque que consiste en desarrollar el gusto por una comida sana, respetuosa con el medioambiente y justa en su producción, disfrutar de los sabores, saber apreciarlos, respetando los tiempos, sin prisas.
En la cocina se presentan como la fusión de la cocina vasca y el bistrot francés. La verdad es que estaba todo buenísimo. Lo único de lo que no puedo opinar es de los postres porque para cuando quise llegar a ellos ya estaba llenísima de todo lo demás. Y yo no soy mucho de dulce.
Si os gusta el vinillo, como es mi caso, os recomiendo que pidáis el menú gourmet con el maridaje de vinos. Hay que avisar de ello cuando hacéis la reserva por teléfono porque distribuyen la mesa de diferente manera.
Un servicio para cada uno de los cuatro platos con sus correspondientes vinos. Destacaría la sopa de cebolla al gratén, espectacular. Y el pescado del día. Nos tocó un salmón que estaba de lujo. La combinación de los platos con el vino adecuado, la verdad es que te hace disfrutar de los sabores de otra forma. Hay que probarlo. Aunque cuidadín, que yo con mis cuatro copas de vino (que son bien generosas) y aunque me lo comí todo (que resulta bien abundante), salí un poco movida... pero contenta, contenta.También realizan cenas en la oscuridad. Ésas en las que comes con los ojos tapados y sin luz para acentuar la percepción del resto de los sentidos. ¿Alguién ha probado esto? Yo es que si no lo veo, no lo creo y no sé si me lo comería ¿???
Yo nunca he estado en Bilbao, pero te agradezco la recomendación porque si preparo unas vacaciones por tierras vascas ya sé dónde comer alguna vez además de no alarmarme por el barrio gracias a tu advertencia; conozco las dos zonas conflictivas de las que hablas, de Madrid y Barcelona, y su intento por rehabilitarlas.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención eso de que respetan los tiempos en este restaurante, normalmente quienes me ven comer dicen que soy algo lenta, yo creo que no, que como a una velocidad normal y son los demás los que comen muy deprisa...
Por cierto, yo he probado eso de comer con los ojos tapados, pero sólo con los postres, y si con los ojos abiertos ya soy una maniática de oler las cosas antes de llevármelas a la boca, imagina sin ver los alimentos...
Un beso.
Oh, mon Dieu! Otra recomendación más, no leer esta entrada antes de comer! Tengo los jugos gástricos desatados!!! Qué hambre! Me lo comería y bebería todo!
ResponderEliminarMuy buena pinta!
Soy de las que disfruta en la mesa con casi todos los sentidos, no me gustaría comer a ciegas, salvo con las manos y en la intimidad.
ResponderEliminarMe apunto la recomendación.
Todo muy bien explicado, ¡entra por los ojos! Aunque con la venda lo tendremos más difícil. A mi no me importaría comer a oscuras, siempre en un entorno de confianza. Ya sabía que estaba de moda este tipo de gastronomía.
ResponderEliminarMe apunto la recomendación para mi próxima visita a Bilbo (suelo pasar por allí casi todos los años).
A mi también se me hace la boca agua, y eso que acabo de comer...
Un beso!
La verdad que dan ganas de pasarse ahora, en un momento...
ResponderEliminarSobre las cenas en la oscuridad, en Pamplona organiza algo semejante Baluarte. Empezaron ya el año pasado y este año repiten. Os paso el enlace para que veáis fechas, aún estamos a tiempo!
http://www.eltallerdelosentidos.org/?p=826
Comer, ya sabemos que se come muy bien (a mí al menos, las infinitas veces que me tocó ir el año pasado me encantaba todo, riquisísimo!!). Ahora sólo nos falta conocer cómo se come a oscuras, ¿nos apuntamos? Dadme un poco de tiempo eh?
Fátima, si, seguramente yo soy de esas de las que más que comer, devora a la velocidad del rayo. Y lo que hay que hacer es tomarse su tiempo y disfrutar. Haces bien. A ver si aprendo!
ResponderEliminarLa Lola L, ya sabes que la gastronomía me pierrrrde...!
Pilar, Uysss...! Totalmente de acuerdo contigo.
Daviblio, yo tampoco veo muy claro eso de comer a ojos cerrados. Ja! Pues nada, a ver si te gusta.
La Lola M, ¡Cómo no me había enterado yo de eso! Tienes que volver a la publicación! Lo de las cenas a ciegas no sé si lo veo pero a lo de Selección de canciones del mundo y degustación de platos únicos y a la Ruta gastronómica a través de los platos de nuestra tierra con el cocinero del Maher, ya me puedes invitar en cuanto termines con tus cosillas pendientes.
CreatiBea, parece que la opinión generalizada es de reparo ante las vendas en los ojos. Mientras se pueda, a disfrutar de los cinco sentidos. Dí que sí!